En esta ocasión me gustaría, en primer lugar, lamentar el fallecimiento de uno de los académicos del Tecnológico de Monterrey, a causa de la inseguridad en nuestro país. No es posible que no llamemos "Estado Fallido" a un lugar en donde estos asesinatos queden impunes y, probablemente olvidados.
Las dos caras de la moneda se presentan, como epítome, en México, país de contrastes y desigualdades. El asesinato de Kande Mutsaku me hizo darme cuenta de la importancia que han adquirido las redes sociales.
Un día tras del incidente varios estudiantes iniciaron con una campaña de recaudación de fondos para el velorio y sepulro del maestro. Facebook sirvió como plataforma principal para el propósito. Además se logró unir varios blogs que escribían acerca de las experiencias con Kande y de sus enseñanzas acerca de la "negritud" (Tomado de un comment de Reneé Valentina, en el thread de Facebook):
Mi primer recuerdo de Kande:
Clase de comunicación internacional… ¿Qué te parece esto hija, que la vida de un gringo valga más que la tuya?... Con la cara característicamente roja contesté…
- Profe, yo nací en Estados Unidos…
Ahh… pues no es tu culpa…
Si bien núnca llegué a conocer a Kande más allá de un hola y adiós o uno que otro chiste racista, creo que las redes sociales por fin están llegando a ser lo que estaban destinadas a ser.
El otro lado de la moneda me lo recalcó mi, una vez profesora, y muy querida amiga Lizette de la Garza. Si este tipo de sucesos ocurrieran en otro país, la comunidad estudiantil, además de la docente, estarían prácticamente encima del gobierno para que se resolviera el caso. En México no, somos dóciles y sencillos. No exigimos más de lo que nos dan nuestros pobres medios. La discusión a la que llegamos durante nuestra plática fue que si los medios nos habían hecho así, o nosotros queremos que nos entreguen esa basura de medios. Es el caso del huevo y la gallina. ¿Cuándo entenderemos que debemos de exigir, al gobierno y a los medios, por una mejor calidad en ambos?
